«Aquí yace Maestre Guillen de Rohan, maestro de la iglesia de Leon et apareiador de esta capilla»
La cita corresponde a uno de los enterramientos sitos en las capillas de Santa Clara (Tordesillas) y supone la primera referencia histórica que se conserva acerca de la profesión del aparejador en la la Edad Media.
Guillen murió en la primera mitad del siglo XV, confirmando que esta profesión técnica es una de las más antiguas de España.
HISTORIA DE LA PROFESIÓN
El origen de la profesión de Aparejador, ya documentado en el siglo XV como aquella persona experta en el proceso constructivo, ha sufrido diversos cambios a lo largo de la historia hasta llegar al profesional de nuestros días, renovándose y adaptándose constantemente a los diversos retos que la evolución de la sociedad y el sector así han demandado.
Es a partir del siglo XIX cuando a través de la Real Orden de 28 de agosto de 1816, la Real Academia de Artes de San Fernando, situada en madrid, comienza a conceder el título de Aparejador a aquellas personas que demuestren determinados conocimientos sobre el proceso constructivo.
Ya en la segunda mitad del siglo XIX mediante el Real Decreto del 24 de enero de 1855 conocido como Decreto Luján, se definen los estudios de Aparejador quedando por tanto la práctica de la profesión unida a la consecución del correspondiente título.
Durante el siglo XX, mediante el Decreto de 16 de julio de 1935, se establece la intervención obligatoria del Aparejador en toda obra de arquitectura.
Posteriormente, a partir de la reforma de las Enseñanzas Técnicas de 1964 y con la Ley general de Educación de 4 de agosto de 1970, los estudios son integrados en la Universidad y pasan a denominarse, por Decreto de 10 de mayo de 1972, Arquitectura Técnica, siendo este también el témino con el que pasa a denominarse la correspondiente profesión regulada. A partir de este momento son las propias universidades las que fijan los planes de estudios, abarcando un ampio campo de formación, principalmente técnica pero también de caracter humanista.
Finalmente, con a la adaptación que sufre el sistema educativo español al llamado «proceso de Bolonia» estableciéndose con ello la actual estructura de grados universitarios de 4 años lectivos, más trabajo fin de grado, convivien actualmente diversas denominaciónes para un plan de estudios común, dando acceso todos ellas a la misma profesión, La profesión regulada de Arquitectura técnica.
FORMACIÓN UNIVERSITARIA
Actualmente, dentro de nuestro sistema educativo y ya plenamente adaptadas todas las universidades al proceso Bolonia convivien varias denominaciones para un plan de estudios común. Dichas denominaciones son el Grado en Arquitectura Técnica, Grado en Ingeniería en Edificación, Grado en Edificación y Grado en Ciencias y Tecnologías en Edificación, que son impartidas en 25 universidades españolas, entre públicas y privadas.
En todas ellas la formación se completa en cuatro años lectivos más trabajo fin de grado, lo que equivae a 240 créditos ECTS (European Credit Transfer and Accumulation Ststem)
El perfil de ingreso se relaciona con alumnos metódicos, con alta capacidad de organización, trabajo en equipo, desarrollada visión espacial y habituados al pensamiento matemático y crítico propio de los estudios técnicos.
Ramas de conocimiento
Fundamentos matemáticos
Física
Ciiencia de materiales
Química
Geometría descriptiva
Expresión gráfica
Construcción
Seguridad y salud
Control de calidad
Peritaciones y tasaciones
Cálculo de estructuras
Derecho y urbanismo
Historia de la arquitectura
Proyectos
Mediciones y presupuestos
Economía
Topografía
Patologías
COMPETENCIAS PROFESIONALES
El campo de actuación de la profesión abarca a día de hoy un amplio espectro de competencias en torno a la totalidad del proceso edificatorio, así como diversos aspectos relacionados con otras profesiones parejas, tales como la ingeniería, arquitectura, topografía y aquellas profesiones en que puntualmente se requiera un profundo conocimiento técnico del sector, tales como juristas, abogados, etc…
A través de las competencias y atribuciones, algunas compartidas con otros profesionales y otras propias y únicas de esta titulación, obtenidas con la formación universitaria correspondiente, se obtiene un perfil profesional altamente demandado y de vital importancia dentro de la edificación, tanto residencial como docente, terciaria, hotelera, etc.
A través de la aprobación de la Ley de Ordenación de la Edificación, el 21 de octubre de 1999, son definidas y fijadas las competencias propias de Aparejadores y Arquitectos Técnicos vigentes hoy en día.
Gestor de la construcción
Gestión de proyecto
Auditoría del proyecto
Comparativa de ofertas
Contratación de oficios
Programación de obra
Control de costes
Director de ejecución
Recepción en obra
Realización de ensayos
Consigna en el libro de órdenes
Suscribe el Acta de Replanteo
Liquidación Final de Obra
Certificado Final de Obra
Proyectista
Habilitación o reforma
Refuerzo y consolidación
Rehabilitación de fachadas
Rehabilitación de cubiertas
Conservación y mantenimiento
Legalización de actividades
Diseño y decoración
Técnico auxiliar
Derribo de edificaciones
Porgrama de control de calidad
Estudios de seguridad
Coordinador de seguridad y salud
Instalación de gruas
Instalación de andamios
Proyectos de instalaciones
Asesor técnico
Deslindes de terrenos y solares
Mediciones de terrenos, solares y edificios
Informes dictámenes y certificaciones
Actuaciones periciales
Mejoras en eficiencia energética
Certificados de eficiencia energética
Inspector técnico
Inspecciones técnicas de edificio
Inspección y comprobación de instalaciones
ESTRUCTURA COLEGIAL
Formada por 55 Colegios Oficiales repartidos por toda España y coordinados por el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, la estructura colegial de la profesión regulada de Arquitecto Técnico agrupa a más de 55.000 profesionales ejercientes actualmente entre hombres y mujeres, con una alta fomación y especialización en multiples campos de la ciencia, técnica y construcción.
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